Extraña metamorfosis sufrió el gato de mi vecino. Un día amaneció con melena de león. Al otro día, con mirada de león. Un día más, y su mandíbula, sus patas y su barriga eran las de un león. Pero ahí no acaba la historia. Al día siguiente se comió a los hijos de mi vecino. Luego, a la mujer de mi vecino. Y más tarde, a mi vecino. Y así siguió: come que come sin importarle nada. No le importó siquiera que alguien contara su...
(*)Fuente: Fernández, Marcial., Andy Watson, contador de historias, Colección Sueño Guajiro, Daga editores, México 1997.
2 comentarios:
Socorro...se comío al autor¡
Sabes, qué en realidad los gatos guardan en su memoria, qué son tan salvajes como sus hermanos mayores?
No están domesticados, lo sabes, pero son tan tiernos y nos quieren qué nos permiten vivir con ellos, ¿verdad, Henriketo?
Poe esos y muchas cosas más, los amamos.
Hola willow, claro que nosotros os queremos!!! y es por ello que renunciamos a nuestros amados bosques, selvas y otros bellos lugares para estar siempre cerca de Ustedes.Ronronitos cariñositos para ti y mis queridas gatitas.
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