En China, el gato fue conocido a partir de la época de la dinastía Han, hace unos 3000 años, es decir, poco después de Egipto. Era un animal de compañía que solía reservarse a las mujeres, y a veces se le atribuyó el poder de atraer la mala suerte. Paradójicamente, también se le suponía la cualidad de alejar a los demonios gracias a sus ojos, que brillan en la noche. Según decían, Li – Show, divinidad silvestre, tenía incluso el aspecto de este felino. En el siglo VI d. C., el gato llegó a Japón, pero no se introdujo realmente en ese país hasta el año 999, a raíz del decimotercer aniversario del emperador Ichijo. A veces benéfico y cómplice, con su pelaje de concha de tortuga, a veces maléfico, con su cola bifurcada, el gato tuvo tanto éxito en Japón que una ley del siglo XVIII prohibió encerrar los ejemplares adultos y comerciar con ellos. Al igual que en Egipto, también fue venerado en la India, donde Sasti, diosa de la fecundidad, tomó apariencia de una gata. Quizá se trataba de la versión hindú de la egipcia Bastet.
*CONTINUARÁ....
4 comentarios:
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Buenas tardessss deseo que tengas una genial semana, saludos.. Christiannnnnnnnn.
Interesante información, los gatos son muy respetados en Asia, ojala fuese asi en todo el mundo!!!
Igualmente para ti, Chris.
Feiz semana!!!!
Si, Tigra, ojalá fuera así en todo el mundo...pero, ¡¡¡¡estamos en ello!!!
Ronronitos para ti
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