Factores genéticos y ambientales
Las diferencias entre sexos también son notables en cuanto a las apetencias sexuales de los gatos. Mientras que los machos son capaces de aparearse siempre, las hembras necesitan experimentar periodos propicios que se hacen presentes con la aparición del celo cada dos o tres semanas. Si observamos el comportamiento de nuestra mascota a lo largo de todo el año, nos percataremos de que las épocas álgidas de celo tienen lugar entre los meses que van de septiembre a marzo, siendo las estaciones de apareamiento más habituales la primavera y los comienzos de la temporada estival. Dejando al margen esta franja de tiempo, lo cierto es que el celo en las hembras se mantiene más o menos ininterrumpidamente durante todo el año, si bien su frecuencia es aleatoria.
Existen varios factores determinantes en cuanto a la activación óptima del sistema hormonal como, por ejemplo, la duración del día, la temperatura ambiente y, por supuesto, la presencia de otros gatos dentro del mismo recinto. Uno de los aspectos que favorecen más el comportamiento especial de las hembras durante el celo, se refiere al lugar donde éstas viven y la luz recibida. El calor de la calefacción, la rica y completa alimentación, la temperatura agradable dentro de los pisos y, sobre todo, el cariño que las proporcionamos, son factores que contribuyen de modo particular a una mayor insistencia y acercamiento de nuestra gata hacia nosotros. Las mascotas que viven dentro de casa con luz artificial pueden estar en celo todo el año, incluso en invierno y, como dato curioso, señalar que los ejemplares del hemisferio sur tienen su ciclo opuesto al de los del hemisferio norte.
Existen varios factores determinantes en cuanto a la activación óptima del sistema hormonal como, por ejemplo, la duración del día, la temperatura ambiente y, por supuesto, la presencia de otros gatos dentro del mismo recinto. Uno de los aspectos que favorecen más el comportamiento especial de las hembras durante el celo, se refiere al lugar donde éstas viven y la luz recibida. El calor de la calefacción, la rica y completa alimentación, la temperatura agradable dentro de los pisos y, sobre todo, el cariño que las proporcionamos, son factores que contribuyen de modo particular a una mayor insistencia y acercamiento de nuestra gata hacia nosotros. Las mascotas que viven dentro de casa con luz artificial pueden estar en celo todo el año, incluso en invierno y, como dato curioso, señalar que los ejemplares del hemisferio sur tienen su ciclo opuesto al de los del hemisferio norte.
El celo depende también de las diferentes razas de gata. La variación más sorprendente es la que hay entre hembras de pelo corto y hembras de pelo largo. Por ejemplo, las siamesas pueden tener su primer ciclo de fertilidad contando con sólo cinco meses y, por el contrario, en el tipo persa, el celo puede aparecer por primera vez a los diez meses de vida. Pero las diferencias no sólo son observables entre las razas; también nos percatamos de ellas entre gatas de la misma camada, sobre todo, en cuanto a duración del periodo del celo. A veces, la sintomatología de las cuatro fases del ciclo se solapan, volviéndose imposible determinar el momento idóneo para la concepción, si bien la citología vaginal realizada por un veterinario, puede ayudarnos a encontrar ese momento óptimo.
2 comentarios:
Henriketo, mis peques estan todos castrados. Con mi vida de defensa de los animales tengo muy claro que contra menos camadas existan mejor, porque luego es muy dificil entregarlas a personas responsables.
Vivi el primer celo de Clotilde y estuve un mes enterito sin dormir, fue muy intenso. Teniamos un gato macho vecino que la tenia loca.
Muchos besos.
El amooorl ¡esa locura! Yo también estoy castrado, queridos. No me arrepiento: gracias a eso soy el tesoro de mamá (mala conciencia) y engordo a placer y parezco ya una vac... ¡ejm! una pantera.
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