El peor pecado para con nuestras criaturas amigas, no es el odiarlas,
sino ser indiferentes con ellas, esa es la esencia de la inhumanidad.

*George Bernard Shaw

martes, 30 de septiembre de 2008

TRES GATOS Y UN PARAGUAS


El detective Morrongo Carrillo investiga el difícil caso de un gato desmayado de un tomatazo en una noche de lluvia. Hay tres felinos sospechosos, pero sólo uno es culpable. Este policial gatuno está basado en un relato de Rodolfo Walsh.

El primer gato era alto y flaco.
El segundo gato era bajo y gordo.
El tercer gato era mediano.
El cuarto gato estaba desmayado.

—¿Quién fue? —preguntó el comisario Bigotes.
—Yo no —dijo el primer gato.
—Yo tampoco —dijo el segundo gato.
—Ni yo —dijo el tercer gato.
El cuarto gato no dijo nada porque estaba desmayado.

El detective Morrongo Carrillo observó a los cuatro gatos, muy de cerca, con su lupa.
El primer gato tenía una oreja mojada.
El segundo gato también tenía una oreja mojada.
El tercer gato estaba seco en el lomo y tenía la cola y las dos orejas mojadas.
El cuarto gato estaba hecho sopa.

—¿Qué hacían en esa esquina? —preguntó el comisario Bigotes.
—Esperábamos un taxi —dijo el primer gato.
—Llovía muchísimo —dijo el segundo gato.
—¡Cómo llovía!—dijo el tercer gato.
El cuarto gato seguía desmayado.

—¿Quién vio lo que pasó? —preguntó el detective Morrongo Carrillo.
—Yo miraba hacia el Norte —dijo el primer gato.
—Yo miraba hacia el Sur —dijo el segundo gato.
—Yo miraba hacia el Este —dijo el tercer gato.
El cuarto gato estaba desmayado. Se desmayó mirando al Oeste.

—¿Quién sostenía el paraguas? —preguntó el comisario Bigotes.
—Yo no —dijo el primer gato.
—Yo soy bajo y gordo —dijo el segundo gato.
—El paraguas era chico —dijo el tercer gato.
El cuarto gato no dijo nada. Tenía un tomatazo en la cabeza.

—¿Quién oyó el tomatazo? —preguntó el detective Morrongo Carrillo.
—Yo soy un poco sordo —dijo el primer gato.
—Era una noche ruidosa —dijo el segundo gato.
—¡Llovía y tronaba! —dijo el tercer gato.
El cuarto gato no podía oír nada porque estaba desmayado de un tomatazo.

—¿Cuándo se desmayó el desmayado? —preguntó el comisario Bigotes.
—Cuando acabó de llover —dijo el primer gato.
—Cuando acabó de tronar —dijo el segundo gato.
—Cuando acabó de desmayarse —dijo el tercer gato.

—¿Qué hicieron entonces? —preguntó detective Morrongo Carrillo.
—Yo maullé pidiendo socorro —dijo el primer gato.
—Yo me puse a ronronear del susto —dijo el segundo gato.
—Yo quise hablar con el desmayado —dijo el tercer gato.
Pero el desmayado no le dirigió la palabra.

—Entonces, ¿qué hicieron? —preguntó el comisario Bigotes.
—Yo exclamé: ¡qué mala suerte! —dijo el primer gato.
—Yo cerré el paraguas —dijo el segundo gato.
—Yo lo traje corriendo hasta aquí —dijo el tercer gato.
El desmayado estaba desmayado.

—¡Usted lo desmayó de un tomatazo! —acusó el detective Morrongo Carrillo.
—¿Yo, señor? —preguntó el primer gato.
—No, señor —dijo el detective Morrongo Carrillo.
—¿Yo, señor? —preguntó el segundo gato.
—No, señor —dijo el detective Morrongo Carrillo.
—¿Yo, señor? —preguntó el tercer gato.
—¡Sí, señor! —dijo el detective Morrongo Carrillo.

—Uno de ustedes arrojó el tomatazo y el otro se desmayó. Los otros dos gatos no vieron nada —dijo el detective Morrongo Carrillo—. Uno miraba al Norte, otro al Este, otro al Sur y el tomateado se desmayó mirando al Oeste. Estaban esperando un taxi, la noche era tormentosa. El paraguas era chico y ustedes eran cuatro. Mientras esperaban, la lluvia les mojó las orejas: a uno la izquierda y a otro la derecha. El gato que miraba al Norte y el que miraba al Sur no tenían que darse vuelta para arrojarle un tomatazo al gato que miraba al Oeste. Les bastaba mover el brazo izquierdo o el derecho a un costado. El gato que miraba al Este, en cambio, tenía que darse vuelta del todo, porque estaba de espaldas a la víctima. Pero al darse vuelta, se le mojó la cola. Ahora tiene el lomo seco mientras que las dos orejas y la cola están empapadas. Como el paraguas era chico, a los otros dos gatos se les mojó solamente la oreja que les quedaba afuera y no se mojaron las colas, porque cuando se dieron vuelta para mirar al desmayado, ¡justo había dejado de llover! Y el gato desmayado está totalmente mojado porque cuando le zamparon el tomatazo, se desparramó sobre la calle encharcada.
Reporte final:
“El bandido usó un tomate maduro y de grueso calibre, un tomatón, como quien dice, un tomatote enorme de esos que usan algunos para jugar al fútbol cuando no tienen pelota y que algunas señoras llevan en sus carteras por si les da hambre o se tienen que defender de algún asaltante.
La explosión del tomate contra la cabeza de la víctima se confundió con los truenos (esa noche hubo una tormenta eléctrica que mamita querida). Pero el tercer gato tuvo que localizar en la oscuridad el mejor lugar donde estrellar semejante tomatón: la nuca de su víctima. Pero, como todos saben, los gatos son muy hábiles aun en la oscuridad. En esos pocos segundos, el fuerte chaparrón le empapó la cola. Él es el único gato que tiene la cola mojada. Por lo tanto ¡es el culpable!

"El primer gato se fue a dormir a su casa. El segundo tiró el paraguas a la basura. Al tercer gato no lo dejaron ir hasta que le pidiera perdón de todo corazón al gato desmayado. Tuvo que esperar un montón, porque el cuarto gato siguió un buen rato desmayado, con un tomatazo en la cabeza".
(*)Fuente: Texto: Alejandra Erbiti, Imagen: Carolina Farías

lunes, 29 de septiembre de 2008

LOS GATOS DE ULTHAR


Se dice que en Ulthar, que se encuentra más allá del río Skai, ningún hombre puede matar a un gato; y ciertamente lo puedo creer mientras contemplo a aquel que descansa ronroneando frente al fuego. Porque el gato es críptico, y cercano a aquellas cosas extrañas que el hombre no puede ver. Es el alma del antiguo Egipto, y el portador de historias de ciudades olvidadas en Meroe y Ophir. Es pariente de los señores de la selva, y heredero de los secretos de la remota y siniestra África. La Esfinge es su prima, y él habla su idioma; pero es más antiguo que la Esfinge y recuerda aquello que ella ha olvidado.
En Ulthar, antes de que los ciudadanos prohibieran la matanza de los gatos, vivía un viejo campesino y su esposa, quienes se deleitaban en atrapar y asesinar a los gatos de los vecinos. Por qué lo hacían, no lo sé; excepto que muchos odian la voz del gato en la noche, y les parece mal que los gatos corran furtivamente por patios y jardines al atardecer. Pero cualquiera fuera la razón, este viejo y su mujer se deleitaban atrapando y matando a cada gato que se acercaba a su cabaña; y, a partir de los ruidos que se escuchaban después de anochecer, varios lugareños imaginaban que la manera de asesinarlos era extremadamente peculiar. Pero los aldeanos no discutían estas cosas con el viejo y su mujer; debido a la expresión habitual de sus marchitos rostros, y porque su cabaña era tan pequeña y estaba tan oscuramente escondida bajo unos desparramados robles en un descuidado patio trasero. La verdad era, que por más que los dueños de los gatos odiaran a estas extrañas personas, les temían más; y, en vez de confrontarlos como asesinos brutales, solamente tenían cuidado de que ninguna mascota o ratonero apreciado, fuera a desviarse hacia la remota cabaña, bajo los oscuros árboles. Cuando por algún inevitable descuido algún gato era perdido de vista, y se escuchaban ruidos después del anochecer, el perdedor se lamentaría impotente; o se consolaría agradeciendo al Destino que no era uno de sus hijos el que de esa manera había desaparecido. Pues la gente de Ulthar era simple, y no sabía de dónde vinieron todos los gatos.
Un día, una caravana de extraños peregrinos procedentes del Sur entró a las estrechas y empedradas calles de Ulthar. Oscuros eran aquellos peregrinos, y diferentes a los otros vagabundos que pasaban por la ciudad dos veces al año. En el mercado vieron la fortuna a cambio de plata, y compraron alegres cuentas a los mercaderes. Cuál era la tierra de estos peregrinos, nadie podía decirlo; pero se les vio entregados a extrañas oraciones, y que habían pintado en los costados de sus carros extrañas figuras, de cuerpos humanos con cabezas de gatos, águilas, carneros y leones. Y el líder de la caravana llevaba un tocado con dos cuernos, y un curioso disco entre los cuernos.
En esta singular caravana había un niño pequeño sin padre ni madre, con sólo un gatito negro a quien cuidar. La plaga no había sido generosa con él, mas le había dejado esta pequeña y peluda cosa para mitigar su dolor; y cuando uno es muy joven, uno puede encontrar un gran alivio en las vivaces travesuras de un gatito negro. De esta forma, el niño, al que la gente oscura llamaba Menes, sonreía más frecuentemente de lo que lloraba mientras se sentaba jugando con su gracioso gatito en los escalones de un carro pintado de manera extraña.
Durante la tercera mañana de estancia de los peregrinos en Ulthar, Menes no pudo encontrar a su gatito; y mientras sollozaba en voz alta en el mercado, ciertos aldeanos le contaron del viejo y su mujer, y de los ruidos escuchados por la noche. Y al escuchar esto, sus sollozos dieron paso a la reflexión, y finalmente a la oración. Estiró sus brazos hacia el sol y rezó en un idioma que ningún aldeano pudo entender; aunque no se esforzaron mucho en hacerlo, pues su atención fue absorbida por el cielo y por las formas extrañas que las nubes estaban asumiendo. Esto era muy peculiar, pues mientras el pequeño niño pronunciaba su petición, parecían formarse arriba las figuras sombrías y nebulosas de cosas exóticas; de criaturas híbridas coronadas con discos de costados astados. La naturaleza está llena de ilusiones como esa para impresionar al imaginativo.
Aquella noche los errantes dejaron Ulthar, y no fueron vistos nunca más. Y los amos de casa se preocuparon al darse cuenta de que en toda la villa no había ningún gato. De cada hogar el gato familiar había desaparecido; los gatos pequeños y los grandes, negros, grises, rayados, amarillos y blancos. Kranon el Anciano, el burgomaestre, juró que la gente siniestra se había llevado a los gatos como venganza por la muerte del gatito de Menes, y maldijo a la caravana y al pequeño niño. Pero Nith, el enjuto notario, declaró que el viejo campesino y su esposa eran probablemente los más sospechosos; pues su odio por los gatos era notorio y, con creces, descarado. Pese a esto, nadie osó quejarse ante la dupla siniestra, a pesar de que Atal, el hijo del posadero, juró que había visto a todos los gatos de Ulthar al atardecer en aquel patio maldito bajo los árboles. Caminaban en círculos lenta y solemnemente alrededor de la cabaña, dos en una línea, como realizando algún rito de las bestias, del que nada se ha oído. Los aldeanos no supieron cuánto creer de un niño tan pequeño; y aunque temían que el malvado par había hechizado a los gatos hacia su muerte, preferían no confrontar al viejo campesino hasta encontrárselo afuera de su oscuro y repelente patio.
De este modo Ulthar se durmió en un infructuoso enfado; y cuando la gente despertó al amanecer ¡he aquí que cada gato estaba de vuelta en su acostumbrado fogón! Grandes y pequeños, negros, grises, rayados, amarillos y blancos, ninguno faltaba. Aparecieron muy brillantes y gordos, y sonoros con ronroneante satisfacción. Los ciudadanos comentaban unos con otros sobre el suceso, y se maravillaban no poco. Kranon el Anciano nuevamente insistió en que era la gente siniestra quien se los había llevado, puesto que los gatos no volvían con vida de la cabaña del viejo y su mujer. Pero todos estuvieron de acuerdo en una cosa: que la negativa de todos los gatos a comer sus porciones de carne o a beber de sus platillos de leche era extremadamente curiosa. Y durante dos días enteros los gatos de Ulthar, brillantes y lánguidos, no tocaron su comida, sino que solamente dormitaron ante el fuego o bajo el sol.
Pasó una semana entera antes de que los aldeanos notaran que, en la cabaña bajo los árboles, no se prendían luces al atardecer. Luego, el enjuto Nith recalcó que nadie había visto al viejo y a su mujer desde la noche en que los gatos estuvieron fuera. La semana siguiente, el burgomaestre decidió vencer sus miedos y llamar a la silenciosa morada, como un asunto del deber, aunque fue cuidadoso de llevar consigo, como testigos, a Shang, el herrero, y a Thul, el cortador de piedras. Y cuando hubieron echado abajo la frágil puerta sólo encontraron lo siguiente: dos esqueletos humanos limpiamente descarnados sobre el suelo de tierra, y una variedad de singulares insectos arrastrándose por las esquinas sombrías.
Posteriormente hubo mucho que comentar entre los ciudadanos de Ulthar. Zath, el forense, discutió largamente con Nith, el enjuto notario; y Kranon y Shang y Thul fueron abrumados con preguntas. Incluso el pequeño Atal, el hijo del posadero, fue detenidamente interrogado y, como recompensa, le dieron una fruta confitada. Hablaron del viejo campesino y su esposa, de la caravana de siniestros peregrinos, del pequeño Menes y de su gatito negro, de la oración de Menes y del cielo durante aquella plegaria, de los actos de los gatos la noche en que se fue la caravana, o de lo que luego se encontró en la cabaña bajo los árboles, en aquel repugnante patio.
Y, finalmente, los ciudadanos aprobaron aquella extraordinaria ley, la que es referida por los mercaderes en Hatheg y discutida por los viajeros en Nir, a saber, que en Ulthar ningún hombre puede matar a un gato.
(*)Fuente: Howard Phillips Lovecraft

domingo, 28 de septiembre de 2008

LA GATA CONVERTIDA EN MUJER

Había una vez un joven que quería mucho a una linda gata. Tanto la apreciaba que le pidió a Venus que la transformase en mujer y la diosa accedió. El chico, perdidamente enamorado de la hermosa muchacha en la que se había convertido la gata, se casó con ella.Pero Venus regresó para comprobar si al igual que su forma, habían cambiado, como era de esperar, las costumbres de la joven y para ello hizo aparecer un ratón delante de la muchacha. Al momento y olvidando su nueva figura la joven se arrojó a perseguirlo y la diosa, decepcionada, le devolvió a la muchacha su forma felina.
(*)Fuente: Fábulas de Esopo

sábado, 27 de septiembre de 2008

EL GATO Y LOS GORRIONES


Un gato y un gorrión trabaron estrecha amistad desde su más tierna infancia. Algunas veces, no obstante, incomodábase el segundo con el primero, pero el gato se limitaba a enseñar las uñas, y el asunto no tenía otras consecuencias.
Ocurrió cierto día que el Gorrión trabó conocimiento con otro individuo de su especie. Y como ambos eran de carácter pendenciero, se acaloraron una vez y se batieron encarnizadamente. El amigo del Gato llevó la peor parte en aquella lucha, y ciego de cólera, rogó a su antiguo amigo que le vengase. Hízolo así el Gato, echando la zarpa al Gorrión victorioso y engulléndoselo en dos bocados. Mas sucedió que al probar la carne de pajarillo, que olvidando por un momento los lazos y afectos de la infancia, se engulló seguidamente al gorrión amigo.
(*)Fuente Fábulas de Esopo

viernes, 26 de septiembre de 2008

LA CURIOSIDAD NO MATA GATOS

Cierto día, Álvaro escuchó en la tele que “la curiosidad mató al gato”. Por eso, cuando su tía Begoña dijo muy seria que todo el mundo debería tener “curiosidad”, no supo qué pensar. Quizá a su tía no le gustaban los gatos, y quería que hubiera muchas “curiosidades” que acabasen con todos los mininos del mundo.
Lo primero que hizo Álvaro cuando llegó a casa, fue encerrar a su gato Micifú en una caja de cartón. No iba a consentir que cualquiera de esas “curiosidades” encontrase a Micifú y acabara con él.
Los padres de Álvaro, extrañados de no haber visto al gato en toda la tarde, salieron al patio y le llamaron:
-Micifú, bisbisbisbis, Micifú, bisbisbisbis.
El gato, que oyó la voz de sus dueños, comenzó a maullar dentro de la caja de cartón. El padre de Álvaro lo sacó de allí y preguntó:
-¿Pero quién ha metido a Micifú en esa caja de cartón?
-He sido yo, papá -contestó Álvaro.
-¡No ves que casi se ahoga! ¿Por qué lo has hecho?
Álvaro contó a sus padres todo lo que había oído acerca de la “curiosidad”, y éstos, después de reírse un buen rato, le dijeron:
-La curiosidad es sólo el deseo de ver, de conocer lo que no sabemos. Es muy importante tener curiosidad por las cosas. Y recuerda siempre que la “curiosidad” no mata gatos.
Aunque Álvaro siempre creía lo que decían sus padres, durante muchos días no perdió de vista a su gato Micifu…
(*)Fuente: José Luis Baños Vegas (España)

jueves, 25 de septiembre de 2008

HOY ME SIENTO FELIZ


MAKY, MELODY Y CHIQUI
Hoy me siento feliz....estoy pletórico de alegría ya que mis amigas Maky, Chiqui y Melody me han enviado desde Uruguay sus fotografias y como son las tres una preciosidad quiero que me hagan compañia siempre en mi Blog.
Estaba pensando... con cual de las tres me iría a contemplar la luna y las estrellas, con cual de las tres me acurrucaría hasta alcanzar los dos el cielo...con cual de las tres compartiría mi comida, mi tiempo...
Es un gran dilema y...tendré que resolverlo. Se nota que en nuestro hemisferio ha comenzado el otoño y me pongo romántico....
Soy un poco tímido a la hora de expresar mis sentimientos, por eso me gusta escribir y sobre vosotras tres lindas gatas tengo algo que decir: Melody:
eres ciertamente una preciosa peluda, tu porte es elegante e introspectivo y tu mirada celestial me cautiva.
Maky:
tu belleza: un enigma un misterio, sabia entre las sabias, la gata chamana.
Chiqui:
tu dulzura,tu ternura,tu delicadeza,me emocionan....miauuuuuuuuuuu!!!!!.
Acabo de tomar una decisión: me quedo junto a las tres...y será una delicia y un placer. Yo...tengo que reconocer que soy poligamo o poligatas....como se diga....asi es que....asunto resuelto..."con las tres".
-¿Qué dices Cabalayka?
-Henriketo....desde que te conozco ya viniste a vivir con nosotros a esta casa esterilizado....
-Siempre se me olvida....ese "pequeño detalle" bueno, no importa pues, en otra vida será.....y yo tengo muchas, jejejejeje.
Y Ahora os dejo porque voy a soñar con mis tres amigas.....en unos minutos estoy con vosotras....en un lugar dónde nada es imposible. Ronrronitos para todo el mundo y, hoy especialmente para Uruguay!!!.

EL MITO DEL GATO NEGRO


Durante la Edad Media, los felinos fueron perseguidos por la Santa Inquisición, que les atribuía poderes siniestros y los relacionó con ritos diabólicos. Esta caza hizo que muchos gatos murieran torturados o en la hoguera junto a sus dueñas. Además, en España aún se cree que son portadores de la mala suerte.
Por supuesto, de entre todos el peor visto fue el gato negro, al que se acusaba de vivir con brujas y traer el mal a los pueblos. La obsesión llegó a tal extremo que, en muchos lugares, durante el día de Todos los Santos se quemaban gatos en las plazas. Este exterminio hizo que las ratas, al no encontrar depredador, se multiplicaran y trajeran enfermedades tan graves como la peste. El ser humano, a veces, hace cosas bien extrañas....

El Viernes 13, pasar por debajo de una escalera, romper un espejo, abrir el paraguas dentro de casa…y cruzarse con un gato negro! Todas son supersticiones populares asociadas a la mala suerte, incluso la que confiere un poder oscuro al gato.

ADORACIÓN FELINA
En el mundo esotérico, se le reconoce a los gatos un poder mágico infinitamente superior al del hombre. Para entender este mito hay que ‘viajar’ al Antiguo Egipto, donde se pueden encontrar los orígenes del gato.
Los gatos eran animales salvajes que comenzaron su proceso de domesticación hacia el año 3000 a. C., debido a la abundancia de ratones que pululaban en los silos de grano que existían en Egipto. La religión del antiguo Egipto incluyó el gato entre sus símbolos sagrados. El gato estaba considerado como la reencarnación de los dioses en el trance de comunicarse con los hombres y manifestarles su voluntad. El gran valor del gato como cazador de ratones hizo que los egipcios intentasen y lograsen su convivencia doméstica, pese a lo cual el gato no perdió su status sagrado. La utilidad del gato era exaltada al máximo por los egipcios que estaban convencidos de que los gatos poseían alma.
Con toda probabilidad, esta antigua creencia del poder felino deriva de la adoración a la diosa egipcia Bubastis, símbolo de belleza y fecundidad, que era representada con cabeza de gato. Fue tal la adaptación del gato a la vida cotidiana de los egipcios, que su muerte era motivo de duelo familiar; Herodoto, en “Los nueve libros de la Historia”, manifiesta que los moradores de la casa se rapaban las cejas en señal de duelo. Tras su muerte, su cuerpo se embalsamaba y momificaba en locales sagrados, y en el lugar de su enterramiento se colocaba junto a ellos ratones embalsamados. En 1890 fueron halladas en la ciudad de Bubastis amplias necrópolis con más de 300.000 momias de gatos. Quien se atrevía a matar a un gato era acreedor de la pena de muerte.
Después de egipcios, fueron los griegos a interesarse por los gatos. Este pueblo antiguo, conocedor del valor del gato como cazador de ratones, intentó comprar una pareja para hacerlos criar en Grecia, pero dada la naturaleza sagrada del gato los egipcios se negaron a esta transacción. A pesar de este argumento, los griegos robaron una pareja que llevada a Grecia extendió la raza al resto de Europa.
Más tarde, el valor de los gatos fue ampliamente reconocido por los romanos que apreciaban mucho el espíritu de independencia del felino, hasta el punto que la diosa Libertas era representada junto a un gato, símbolo de absoluta libertad. Incluso se dictaron en Roma severas leyes para su protección en el siglo I d. C.
También hubo disposiciones jurídicas que reconocían la importancia de los gatos en las Islas Británicas, donde, en el siglo X, el príncipe Howel publicó unas normas que fijaban el valor de los gatos y establecían, entre otras cosas, que quien matase a un gato debía indemnizar al propietario del animal con una cantidad de trigo equivalente en altura a la longitud del felino, desde el hocico hasta la punta de la cola. De este modo, se pretendía compensar al propietario del gato por las pérdidas de trigo que, faltando el felino, le ocasionaban los topos.
PERSECUCIÓN FELINA
Los gatos llevaron una existencia placentera hasta que la Iglesia, hacia mediados del siglo XIII, comenzó una terrible persecución contra ellos, considerándolos como símbolo del diablo y cuerpo metamórfico de las brujas. En la Edad Media, época de oscurantismo para la especie humana, las brujas convirtieron al gato negro en un elemento imprescindible para efectuar sus rituales y hechizos. Luego los felinos domésticos empezaran a ser víctimas de una despiadada e injusta persecución, originada por la ignorancia y por absurdas supersticiones que relacionaban al animal con determinados ritos diabólicos. La posesión de un gato bastaba para acusar a una persona de brujería y la condena podía considerarse segura si el animal era de color negro.
El gato surgió asociado al paganismo de la Edad Media a través del culto de la diosa Greya, diosa del amor y de la curación según la mitología nórdica. Esta diosa guardaba en su jardín las manzanas con las que se alimentaban los dioses del walhalla y en su iconografía aparecen dos gatos tirando del carro de la diosa. En aquellos tiempos era frecuente extender la idea de divinidad a los animales que acompañaban a los dioses.
Por ello, el gato se convirtió en cabeza de turco de las "purificaciones" de la Iglesia. De este modo, durante la Edad Media se torturó y dio muerte bárbaramente a miles de seres humanos y a millones de gatos, en el curso de unas persecuciones que fueron activísimas en toda Europa y entraron a formar parte de los rituales cristianos. La Iglesia alentó de tal forma la persecución de los gatos que llegó a convertirse en espectáculo la quema de estos pobres animalitos en las hogueras de la noche de San Juan y la costumbre de festejar el Día de Todos los Santos quemando vivos a los gatos en las plazas públicas.
El aniquilamiento de los gatos implicó a precio carísimo en Europa. La eliminación de los felinos fue de tal magnitud que cuando la peste negra azotó Europa en el siglo XIV, causando más de veinticinco millones de muerto, apenas sí quedaban pocos ejemplares felinos para luchar contra las ratas, principales propagadores de la enfermedad. Y al parecer, la plaga fue tan devastadora debido al exterminio de los gatos.
En el año 1400, la especie estuvo a punto de extinguirse en Europa. Su existencia se reivindica a partir del siglo XVII debido a su habilidad para la caza de ratas, causantes de tan temibles y desoladoras plagas. A partir del siglo XVIII el gato vuelve a conquistar parte de su antiguo prestigio, y no sólo se utiliza como cazador de roedores e insectos, sino que su belleza lo hace protagonista de cuadros, muy especialmente de los de la escuela inglesa, y de motivos escultóricos. Desde entonces se lo utiliza cada vez más, sobre todo en los centros urbanos, aunque como animal de compañía.
La dualidad del gato como símbolo de la divinidad y de la representación demoníaca, dio lugar a que en las supersticiones relacionadas con él se le considere representante de la mala o la buena suerte, según la circunstancia o lugar en que naciesen.
¿BUENA O MALA SUERTE?
La historia de la brujería en Europa relata un sin número de anécdotas y episodios donde surge un felino. Por ejemplo, en una de estas historias la protagonista, cansada de que un gato se bebiese la leche recién ordeñada todas las noches, esperó al animal y consiguió en su persecución herirle en una pata. Al sentirse herido el animal gritó como un ser humano. Al día siguiente una pobre vieja, considerada como bruja, amaneció herida en una pierna. Y muchos otros cuentos similares existen que ligan el gato a poderes desconocidos.
Como en casi todas las creencias populares, el reverso también es válido. O sea, el gato negro no es un vaticinio nefasto en todo lugar, y en algunas culturas es considerado un elemento de buena suerte. Parece que estas creencias dependen del lugar y la circunstancia de su encuentro.
En algunos países es el gato rojo el prenuncio de mala suerte y no el negro. Existen pueblos en que el encuentro de un gato negro camino de la iglesia el día de la boda solo puede traer buena suerte, mientras que en otros, el mismo episodio es símbolo de desgracias conyugales. Hay gente que se cree que el gato negro es un talismán que trae buena suerte en los juegos de azar, sobre todo si se toca alguno antes de que empiece el juego. Y otros piensan que tener un gato negro en casa es símbolo de buena fortuna.
¿Conocéis alguna leyenda sobre el gato negro?.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

EL GATO Y EL CAZADOR


Cierto Gato, en poblado descontento,
Por mejorar sin duda su destino
(Que no sería Gato de convento),
Pasó de ciudadano a campesino.
Metióse santamente
Dentro de una covacha, mas no lejos
De un gran soto poblado de conejos.
Considere el lector piadosamente
Si el novel ermitaño
Probaría la yerba en todo el año.
Lo mejor de la caza devoraba,
Haciendo mil excesos;
Mas al fin, por el rastro que dejaba
De plumas y de huesos,
Un Cazador lo advierte; le persigue,
Arma trampas y redes con tal maña,
Que al instante consigue
Atrapar la carnívora alimaña.
Llégase el Cazador al prisionero;
Quiere darle la muerte;
El animal le dice: «Caballero,
Duélase de la suerte
De un triste pobrecito,
Metido en la prisión, y sin delito.»
«¿Sin delito, me dices,
Cuando sé que tus uñas y tus dientes
Devoran infinitos inocentes?»
«Señor, eran conejos y perdices,
Y yo no hacía más, a fe de Gato,
Que lo que ustedes hacen en el plato.»
«Ea, pícaro, muere;
Que tu mala razón no satisface.»
Con que sea la cosa que se fuere,
¿La podrá usted hacer, si otro la hace?
(*)Fuente: F-abulas de Samaniego

martes, 23 de septiembre de 2008

LOS GATOS

A los gatos les gusta
subir al cielo
trepando una escalera
de caramelo.
Les gusta hacer cosquillas
a las estrellas
con los bigotes largos
y las orejas.
Les gusta hacerles bromas
a los ratones,
jugar a la rayuela,
pasear de noche
y cantarle a la luna
sus serenatas
hasta que los descubre
la madrugada.

lunes, 22 de septiembre de 2008

EL GATO Y EL RATÓN

Cierta tarde un poeta conoció a un campesino. El poeta era esquivo y el campesino tímido, pero conversaron.
-Déjame contarte una pequeña historia que escuché últimamente -dijo el campesino-.
Un ratón fue apresado en una trampa. Y mientras comía feliz el queso que allí había, un gato se detuvo al lado de él. El ratón tembló un instante, pero sabía que en la trampa se hallaba seguro.
-¿Estás comiendo tu último alimento, amigo? -dijo el gato.
-Sí -contestó el ratón- una vida tengo, por lo tanto una muerte. Mas, ¿qué hay de ti? Me dicen que posees nueve vidas. ¿No significa eso que posees nueve veces?
Entonces el campesino miró al poeta y dijo:
-¿No es una historia extraña?
El poeta no contestó, pero se fue diciendo dentro de sí:
-En verdad tenemos nueve vidas, nueve vidas para estar seguros. Y moriremos nueve veces, y nueve veces moriremos. Quizá fuera mejor poseer sólo una vida, apresada en una trampa; la vida de un campesino con un trozo de queso como última comida Pues acaso, ¿no pertenecemos a la extirpe de los leones del desierto y de la jungla?.
(*)Fuente: Gibrán Jalil Gibrán

domingo, 21 de septiembre de 2008

C A B A L A Y K A: LA FÁBULA DEL GATO Y LAS AVES

Cabalayka ha puesto esta foto y, la verdad, no sé a que cuento viene...es obvio que lo que mi amigo Dody lleva en la boca son los restos del plumero para limpiar el polvo de los muebles y así ayudar a Cabalayka en las tareas domésticas. Ahhhh....
-Cabalayka dice que le sale la patita por la comisura de su boca.
-¿Qué patita? le respondo yo. Eso es un trozo del mango del plumero!!!. Los gatos no comemos pájaros, ni pollos....que instinto ni que tontunas de las personas son esas. Vamos a ver si nos entendemos....eso no es un pájaro. Vosotros si que os los comeis.....que yo lo he visto....me voy a callar que si no....
Mientras se resuelve el dilema os dejo el link de otra fábula.....de gatos (solo un ave más.....).
Publicado por Henriketo

sábado, 20 de septiembre de 2008

EL GATO CON BOTAS


Hola amigos!!!
Como me voy de "findes" os dejo bien entretenidos con un cuento clásico fascinnte que lleva por título "El Gato con Botas", es un cuento popular europeo, recopilado en 1697 por Charle Perrault en sus Cuentos de mamá ganso. Es sin duda un cuento infantil precioso que forma parte de mi biblioteca selecta. Estais todos invitados a su lectura .Y ahora voy a hacerme una lista de todas las cuchufletas que necesito para el viaje como: mi manta, mi juguete favorito, algo para comer durante el camino, en fin, feliz fin de semana amigos!!! y...que disfruteis este cuento.

EL GATO CON BOTAS
Había una vez...
...Un molinero que tenía tres hijos.
A su muerte, el pobre molinero les dejó a sus hijos, como únicos bienes: su molino, su burro y su gato. Muy pronto se hizo el reparto, para el cual no se necesitó notario ni otra autoridad; nada sobró del pobre patrimonio. El hijo mayor se quedó con el molino, el segundo recibió el burro y el menor sólo se quedó con el Gato; estaba desconsolado por tener tan poco.
—Mis hermanos —decía— podrán ganarse la vida honradamente trabajando juntos; en cambio yo, en cuanto me haya comido mi gato y haya hecho una bufanda con su piel, moriré de hambre.
El Gato, al oír este discurso, le dijo con un aire comedido y grave:
—No te aflijas en lo absoluto, mi amo, no tienes más que darme un saco y hacerme un par de botas para ir por los zarzales, y ya verás que tu herencia no es tan poca cosa como tú crees.
Aunque el amo del Gato no hizo mucho caso al oírlo, lo había visto actuar con tanta agilidad para atrapar ratas y ratones, y cuando se colgaba de sus patas traseras o cuando se escondía en la harina haciéndose el muerto, que no perdió la esperanza de que lo socorriera en su miseria. En cuanto el Gato tuvo lo que había solicitado, se calzó rápidamente las botas, se colocó el saco al cuello tomando los cordones con sus patas delanteras y se dirigió hacia un conejal en donde había muchos conejos. Puso salvado y hierbas dentro del saco, y se tendió en el suelo como si estuviese muerto; esperó que un tierno conejo poco conocedor de las tretas de este mundo viniera a meterse en el saco para comer lo que en él había. Apenas se hubo acostado tuvo un gran regocijo; un tierno y aturdido conejo entró en el saco. El Gato tiró de los cordones para atraparlo y luego lo mató sin misericordia. Orgulloso de su proeza, se dirigió hacia donde vivía el Rey y pidió que lo dejaran entrar para hablar con él. Le hicieron pasar a las habitaciones de Su Majestad; después de hacer una gran reverencia al Rey, le dijo:
—He aquí, Señor, un conejo de campo que el Señor Marqués de Carabás (que es el nombre que se le ocurrió dar a su amo) me ha encargado ofrecerle de su parte.
—Dile a tu amo —contestó el Rey—, que se lo agradezco, y que me halaga en gran medida.

En otra ocasión, fue a esconderse en un trigal dejando también el saco abierto; en cuanto dos perdices entraron en él, tiró de los cordones y capturó a ambas. Enseguida se fue a regalárselas al rey, tal como había hecho con el conejo de campo. Una vez más, el Rey se sintió halagado al recibir las dos perdices, y ordenó que le dieran de beber. Durante dos o tres meses el Gato continuó llevando al Rey las piezas que cazaba y le decía que su amo lo enviaba. Un día se enteró que el Rey iría de paseo por la ribera del río con su hija, la princesa más bella del mundo,. y le dijo a su amo:
—Si sigues mi consejo podrás hacer fortuna; no tienes más que meterte en el río en el lugar que yo te indique y después dejarme actuar.
El Marqués de Carabás hizo lo que su Gato le aconsejaba, sin saber con qué fines lo hacía. Mientras se bañaba, pasó por ahí el Rey, y el Gato se puso a gritar con todas sus fuerzas:
—¡Socorro! ¡Auxilio! ¡Que se ahoga el Marqués de Carabás!
Al oír los gritos el Rey se asomó por la ventanilla y al reconocer al Gato que tantas piezas de caza le había entregado, ordenó a sus guardias que fueran prestos al auxilio del Marqués de Carabás. Mientras sacaban del río al pobre Marqués, el Gato se acercó a la carroza y le dijo al Rey que durante el baño de su amo unos ladrones habían llegado y se llevaron sus ropas, a pesar de que él les gritó con toda su fuerza; el Gato las había escondido tras una enorme piedra. Al instante, el Rey ordenó a los oficiales de su guardarropa que fueran a buscar uno de sus más bellos trajes para dárselo al Marqués de Carabás.

El Rey le hizo mil halagos, y como los hermosos ropajes que acababan de darle realzaban su figura (pues era guapo y de buen porte), la hija del rey lo encontró muy de su agrado; además, como el Marqués de Carabás le dirigió dos o tres miradas, muy respetuosas y un poco tiernas, ella se enamoró enseguida de él. El rey quiso que subiera a su carroza y que los acompañara en su paseo. El gato, encantado al ver que su plan empezaba a dar resultado, se adelantó a ellos, y cuando encontró a unos campesinos que segaban un campo les dijo:
—Buena gente, si no decías al rey que el campo que estáis segando pertenece al Marqués de Carabás, seréis hechos picadillos y convertidos en paté.
Al pasar por ahí, el rey no olvidó preguntar a los segadores de quién era el campo que segaban.
-Estos campos pertenecen al Marqués de Carabás, Señor.- respondieron los labriegos- Al marqués de Carabás, al Marqués de Carabás.
El rey, al ver tantas riquezas del Marqués de carabás, decidió casar a su hija con el hijo menor del molinero, mientras el gato le presentaba todos los respetos y se había convertido en el gato más famoso de toda la comarca.
Y su Señor, el marqués de Carabás, en un joven príncipe, y las puertas reales se abrieron para dar paso a la feliz pareja.
y allí vivieron felices, y el gato con botas, como recompensa de su amo, vivió también en aquel castillo tan bonito.

Publicado por Henriketo

viernes, 19 de septiembre de 2008

EL DEBA DE LOS GATOS


Los Devas son Seres Celestiales, de Luz. Se encargan de la creación y cuido de la naturaleza. Son majestuosamente bellos.En Hinduismo y Budismos los Devas, son seres superiores de tipos diversos. El término ' Deva ' en sánscrito significa "dar brillo a uno". El Hinduismo reconoce tres tipos de devas de los cuales, los mortales son los que viven en un espacio de nivel superior a los otros mortales y que fueron quienes enseñaron al pueblo a concebir a Dios o Brahma bajo la forma de un dios personal. Sin embargo para los budistas, los devas son dioses que habitan diferentes reinos del cielo en recompensa a sus buenas acciones anteriores pero que aun no han superado los niveles kármicos y están sujetos a nuevas reencarnaciones.

Los devas son los considerados como el “Espíritu de la Naturaleza” y son los que en los últimos tiempos ha ido promocionando la Conciencia ecológica en la tierra. Estas entidades poseen poderes sobrenaturales, y son invisibles para la mayoría de las personas y salvo aquellos que poseen el don de la clarividencia y se comunican a través de clariaudiencia y la meditación.
Usualmente habitan en árboles, ríos, plantas, pantanos, montañas, y minerales. Se encariñaron prácticamente con cada elemento de la naturaleza por lo que decidieron quedarse en apoyo de la evolución del planeta. En China, por ejemplo, se cree que los Devas enseñaron los caminos para descubrir los ciclos del cultivo del arroz, la fabricación de la seda, y otras cosas.


EL REINO ANIMAL
El Reino Animal está compuesto de todos aquellos seres elementales que, con la espina dorsal horizontal y sin el uso de las cuerdas vocales, para hacer conocer sus requerimientos, han evolucionado largamente bajo el yugo de la opresión humana.
Por cada especie de Animales, hay lo que se conoce como un "alma grupo", un Ser Dévico Divino quien los cuida a ellos, les preserva instintos constructivos, y, quien al cierre de sus estadías Terrenales los recibe a cada uno, amorosamente, dentro de su "Reino Celestial" especialmente preparado. Todos los servicios que han beneficiado a la humanidad se suman a la gloria de la especie entera y, al igual que en el caso de la humanidad, cuando un Animal es "elevado" mediante el amor, la comprensión, la compasión y la bondad inteligente, la especie entera es elevada hacia dentro de una conciencia superior. El vicio en los Animales es el resultado del mal trato de ellos por la humanidad, NO el resultado de la verdadera naturaleza de ese Reino. Los místicos, ocultistas y clarividentes, describen con placer el aura rosa resplandeciente del complaciente gato ronroneando. Soltemos el concepto de que los Animales viven para ser víctimas del hombre. Por el contrario aprendamos que es el hombre, el ofensor, el que debe ORAR por el perdón del mal uso de las bestias pacientes del campo y, de ese modo elevarlas. Esta es una actividad constructiva y verdaderamente una en la cual todo aquel que ame la vida debería cooperar.
Continuará...

EL GATO QUE ENCONTRÓ A DIOS

LA BIBLIOTECA DE HENRIKETO
FICHA BIBLIOGRAFICA
Título: El Gato que Encontró a Dios
Autores: Robert Fisher y Beth Kelly
Editor: Urano Publishing
ISBN: 84-9777-017-X
128 Páginas
Ediciones Obelisco (Septiembre 2003)
ISBN 13: 9788497770170
El contenido de este libro “El gato que encontró a Dios”, es muy rico y sublime. El enfoque que se puede concebir de su narrativa es un mensaje que aplicado al género humano, es bastante emotivo.
En su febril búsqueda de Dios, Marmalade y Fluffy, realizan un viaje fantástico del que aprenden a encontrar a Dios, con un simple hecho: “la promoción del amor entre el género humano”, hecho que en la actualidad se encuentra bastante alejado de la realidad, porque el materialismo ha tomando las riendas de nuestra vida.
Los autores Robert Fisher y Beth Nelly, son escritores bastante conocidos, el primero de ellos es autor de “El Caballero de la Armadura Oxidada”, la segunda además de escritora es actríz y compositora.
"Amaos los unos a los otros como amáis a vuestro gato".

jueves, 18 de septiembre de 2008

EL GATO Y LA HIGIENE


EL BAÑO DE HENRIKETO
A los gatos no nos gusta el agua (bueno, a mi amigo Rigoberto le fascina, pero todos sabemos que es un excéntrico, en fin...). Por esta razón, es importante habituarme al baño desde mi más tierna edad, alrededor de los tres meses. Á partir de esa edad comienza el calvario...
El cuarto en el que me bañarás y secarás debe tener buena calefacción y estar exento de corrientes de aire.
Hay que comenzar por llenar la bañera con algunos centímetros de agua, a 36 ó 37 ºC e introducir lentamente mi cuerpo en el agua, hablándome y acariciándome para tranquilizarme.
A continuación, me mojas delicadamente mi cuerpo , utilizando un pequeño vaso, sin dejar de acariciarme y evitando verter agua en mis ojos y mis canales auditivos.
Una vez que yo esté bien mojado, me puedes aplicar un champú especial para gatos. No hay que utilizar nunca champú para seres humanos, ya que no es adecuado para nosotros los felinos, en efecto, no solo el pH de la piel humana es diferente sino que además podría intoxicarme al lamerme. Hay que frotar bien todo mi cuerpo, insistiendo en las zonas de las patas, la cola y el vientre.Y...mi culete también...obvio.
Una vez que se ha aplicado bien el champú, se enjuaga todo mi cuerpo con la ducha y luego se repiten las mismas operaciones. El enjuague es un momento importante, durante el cual es preciso estar atenta para que no envié el chorro de la ducha a mis ojos o a mis orejas. Eso sería lamentable y...a ¿quién le gustaria?.
Luego me envuelves en una toalla seca y tibia, y me frotas vigorosamente para eliminar el agua. Posteriormente pásame un pequeño trozo de algodón (no usar bastoncillo de algodón) por el conducto auditivo, para absorber el agua que hubiese podido penetrar a pesar de las precauciones que te has tomado.
A los gatos no nos suele gustar demasiado el uso del secador de cabellos, dado que el ruido y el aire me molestan (a decir verdad...es irritante), pero si yo ya estoy habituado al secador, no habrá problemas (bueno...eso ya lo comprobarás,,,jejejeje). Es conveniente utilizar un aparato de relativamente baja potencia, evitando dirigir el fluyo de aire hacia mis ojos o mis orejas. Secar bien el pelaje de todo mi cuerpo, sin olvidar el vientre, las patas y la cola (y...mi culete, obvio). Es muy importante el cepillado antes y después del baño, mediante el cual se eliminan los pelos viejos que, por el hábito de higienización del gato mediante el lamido, sí no soy cepillado frecuentemente, ingiero pelos y al realizar esta acción pueden formarse pilobezoares en mi aparato digestivo corriendo el riesgo de producir obstrucciones intestinales o favorecer la impacción colónica (acúmulo de materia fecal en el colon).
Ahora ya estoy limpito, por cierto, la próxima ducha hemos quedado que será el año que viene ¿no?.... Cabalayka no me ha contestado....y, ¿porquë no borra esa sonrisa socarrona de su cara?.
Hasta pronto amigos!!!.

(*)Fuente: Enciclopedia Royal Canin del Gato – Primera edición español 2.000.
(*)Texto adaptado por Cabalayka.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

ADOPCIONES EN CATALUÑA


Adopta a un gato no te arrepentirás....
“La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la forma en que son tratados sus animales... Mantengo que cuanto más indefensa está una criatura, más derecho tiene a que el hombre la proteja de la crueldad del hombre”.
(Mahatma Gandhi)
Visítanos pinchando el siguiente enlace:
ADOPCIONES EN CATALUÑA

martes, 16 de septiembre de 2008

C A B A L A Y K A: FÁBULAS DE GATOS


La fábula es un relato breve escrito en prosa o verso, donde los protagonistas son aniamles que hablan. Pues claro...si, si, si...los gatos hablamos!!!. Tienes alguna duda al respecto?. y...jejeje, algunos somos bloggers. Cómo se te ha quedado el disco duro?.
Las fábulas se hacen con la finalidad de educar a los humanos, lo cual es la moraleja, ésta normalmente aparece al final, al principio o no aparece porque se encuentra en el mismo contenido del escrito. Resumiendo: Composición literaria, generalmente en verso, de la que se suele extraer una enseñanza útil o moral.
Algunso famosos escritores de fábulas son : Esopo, La Fontaine y Samaniego. Obviamente hay muchísimos más.
Bienvenidos a la sección de Fábulas Gatunas visitando el siguiente link.
Publicado por Henriketo

lunes, 15 de septiembre de 2008

C A B A L A Y K A: LA GATA BLANCA


Queridos amigos/as amantes de los gatos, enamorados, mecenas y protectores de nuestra fascinante y singular forma de vida, a continuación os invito a visitar el link gatuno-cultural ,que vereis más abajo,en el que se narra una bonita historia protagonizada por una preciosa gata blanca. Cabalayka ha recoplilado un sin fín de mitos, leyendas y cuentos sobre gatos que espero sean de vuestro interés y deseo que los disfruteis tanto como yo. Un afectuoso y muy especial ronrroneo para todos/as.
Publicado por Henriketo
(*)GatoLink: C A B A L A Y K A: LA GATA BLANCA

viernes, 12 de septiembre de 2008

LEER PARA CREER


Queridos amigos os propongo visitar , si os apetece, el siguiente vínculo y me gustaria que manifestarais vuestra opinión. Yo solo voy a decir lo siguiente: Me parece patético, deleznable y estúpido. Los gatos no hemos inventado las guerras, no hemos fabricado las bombas...Sin comentarios...no me quedan maullidos y mucho menos...ronrroneos. Solo puedo bufar....fffffffffffff!!!!!!. El ratón opina lo mismo que yo, que conste en acta.
Recibe un afectuoso mimosín ronrronero de mi parte.
Publicado por Henriketo

RIBA

Hermoso... amigos mios. Quería compartirlo con todos vosotr@s. Feliz día...

HERÁCLITO EL OSCURO

HENRIKETO RECOMIENDA